27 de abril de 2013

Vejez, historia, hombre y siglo XX.

Hombre qué te pasa,
que hay en esa mirada pensante, de angustia?
Veo a través de tus ojos,
las ruedas de tu carreta, tu andar, cavilante, sigiloso.
El paso de tu marcha,
lenta e incesante, de sacrificio y recompensa, de angustia y de felicidad,
y las huellas de tu andar se denotan…
en tus manos y tu rostro, fatigado, agrietado.
Parece que el yugo de tu historia se hace difícil de contener
y la carga es cada vez más abultada… en tus hombros… tus recuerdos.
Deja que la juventud te ayude a sostenerte.

Hombre como poder aliviar las heridas que te dejó este siglo.


Hombre que llevas,
que recuerdas, que ocultas, que sabes?
Enséñame tus huellas, andante,
Acaso quedó algo olvidado en tu camino?
En ese largo camino, de obrero, de madrugador,
de peón, de esposo, de padre y cantor.
O es que no es el pasado, sino el presente el que te inquieta?
O es que mi corta edad se empecina en buscar explicaciones?
Demasiadas respuestas…
en tu rostro surcado por el tiempo y el trabajo de la tierra,
de toda una vida luchando.
Tal vez llegué tarde para entenderlo o tal vez aún no es el tiempo.


Hombre como poder aliviar las heridas que te dejó el siglo.

M.V

a mi abuelo... y a los hombres del siglo XX...


            



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