Para la cultura mapuche la construcción de una Ruka es
una tradición comunitaria, y de gran importancia, en que mancomunadamente se unen los esfuerzos de la
familia, los vecinos, los amigos, adultos, mujeres y niños, e incluso están
presentas los antepasados y la naturaleza; los árboles, el agua, el sol, etc.,
proceso que termina coronado con una ceremonia o fiesta llamada rukantün, en la
cual se realiza una rogativa a cargo de alguna autoridad religiosa de la
comunidad, y además se comparte abundante comida entre los participantes e
invitados.
En el proceso de construcción de
la ruka existen algunas variaciones constructivas determinadas por el espacio
geográfico-cultural en que se ubica cada comunidad. Es así, por ejemplo que el
tipo de madera y revestimiento utilizado para la estructura, techumbre y pared van
a estar mediados por los materiales con que cuente la comunidad en su entorno
natural. Por ello, por ejemplo, al comparar una ruka de la costa, de los valles
interiores, o de la pre cordillera se pueden notar las diferencias.
En la comuna de Mariquina existen
rukas que se encuentran principalmente en la zona de la costa o en las
comunidades Lafkenche, sin embargo, en la zona interior del valle de la
Mariquina, correspondiente a depresión intermedia, las comunidades tienen
recuerdos de su existencia al haber vivido su infancia en este tipo de
construcciones, además en Tralcao se puede encontrar actualmente una ruka y un
fogón, como parte de un rescate cultural que llevan a cabo personas de la
comunidad.
Fogón de la comunidad mapuche Tralcao Mapu. Fotografías parte del registro del proyecto Rukan, 2013. |
La señora Estela Pereira Pangui, nacida y criada en Tralcao, relata como era vivir en la ruka antiguamente y como era el proceso de su construcción:
Vida cotidiana al interior de una Ruka y el fogón.
Yo me acuerdo que teníamos el
fogón y al lado se compartía, ahí al medio (…) se hacía como una reja pero de
puro palo de monte, entonces una mitad quedaba para cocina y la otra parte
quedaba para dormitorio. Y pasaba que
nosotros ahí no teníamos marquesa ni litera ni nada de eso, si no que era unos
palos enterrados que se hacía así como arco y encima se le ponían varas que se
labraban con el filo del hacha y ahí se ponían encima y se unían hartos sacos
de pita y en el tiempo de la cosecha en febrero, se reunía la paja que era de
avena, porque era la que más duraba y se llenaban los sacos y se hacía una
cama. Y encima iba otra cama que eso de hacía con bolsa de quintal de harina y
se hacía un colchón de lana de oveja y encima iba otra cosa con bolsa de
quintal cocida con la misma pita y se recolectaba todo lo que era pluma, la de
los pajaritos (tordo), la del ganso, la de la gallina y la del pato, todo eso
se recolectaba y se hacían plumones, eso servía para tapa y las sábanas eran de
bolsa igual. Y cada cual tenía su camita, y a los pies un cuero de oveja.
Para la construcción de la ruka se usaba mucho el Chin chin, ese árbol se da solo en el monte, cerca de un humedal. Era bueno para hacer escobas, porque no había nada para barrer, entonces buscábamos una vara larga y mi mamá juntaba un moño de pura rama (chin-chin) y lo amarraban con ñocha entonces teníamos una escoba para barrer adentro y las ramas largas para barrer afuera el patio. Y eso me tocaba a mí, así que mi mamá me amarraba la cabeza con un trapo de bolsa y de esos donde venía harina cruda con un delantalcito y un chaleco de lana cruda y un calzoncito de lana cruda, y también eran de bolsa de harina, y a mí me mandaban a barrer el patio.
Para la construcción de la ruka se usaba mucho el Chin chin, ese árbol se da solo en el monte, cerca de un humedal. Era bueno para hacer escobas, porque no había nada para barrer, entonces buscábamos una vara larga y mi mamá juntaba un moño de pura rama (chin-chin) y lo amarraban con ñocha entonces teníamos una escoba para barrer adentro y las ramas largas para barrer afuera el patio. Y eso me tocaba a mí, así que mi mamá me amarraba la cabeza con un trapo de bolsa y de esos donde venía harina cruda con un delantalcito y un chaleco de lana cruda y un calzoncito de lana cruda, y también eran de bolsa de harina, y a mí me mandaban a barrer el patio.
Sobre las visitas.
Cuando había una persona, que no
era agradable que llegara (yo me acuerdo muy bien porque era viva cuando chica)
y mi mamá le echaba ají unos ajíes seco al fuego y entonces el humo salía
picante y se iba ligerito esa persona o si no le metía harta leña de canelo y el humo picante hacia toser y arder los ojos. Porque ellas estaban ocupadas
haciendo trabajos y según ellos iban a
perder tiempo atendiendo visitas, y
habían visitas que eran pegadas, que no se iban nunca y mi mamá decía –ya a esta
la tengo toda la tarde- entonces esas cosas de ajos y ajíes nunca faltaban (risas).
El interior de una ruka. Extraído de: Mapuche, fotografías siglo XIX y XX. Construcción y montaje de un imaginario. Margarita Alvarado P., Pedro Mege R. y Christian Biez A. Pehuén editores, 2001. |
El proceso de construcción de la Ruka.
Lo que me acuerdo es que mi
padrastro salía en bote y recolectaba el junquillo, se recolectaba también en
el monte el Chin Chin, que era un árbol que da el “chin chin” un árbol muy
ramudo, pero muy resistente al viento, a la lluvia y dura mucho con sus hojas.
Entonces todo eso se ocupaba y todo lo que era palito de monte, porque no se
ocupaba nada que fuera elaborado todo era en bruto. Se iban ocupando y se iban
poniendo (…) amarrado todo con ñocha, se clavaban los pilares, de palo de temo
y de luma, entonces ahí se iban poniendo las varitas y se iban metiendo las
ramas, haciendo como un telar, entonces eso quedaba totalmente cerrado y arriba
se hacían los moños de junquillo se amarraban con ñocha, se iban amarrando y se
iban haciendo los moños.
Lo primero que se armaba era la
parte de arriba, y era pura vara de monte, de luma y de temo y de canelo,
porque arriba como iba tapado con junquillo y con el humo, entonces el canelo
duraba mucho. Una ruka duraba 5 años el techo y de ahí se cambiaba. Y luego (…)
[luego de armar la parte de arriba]
se subían y lo primero que se hacía era el caballete, y se ponían dos varas
largas una allá y la otra acá, entonces ahí se iban metiendo los moños por los
dos lados, y ahí con la vara se iba levantando (…) entonces cuando ya se llevaba
un espacio, se amarraba la vara ahí con una ñocha o un boqui y de ahí seguía a
la otra parte hasta que hacían todo el caballete y después venían poniendo los
moños de junquillo hacía abajo y con el mismo proceso con puras varitas y con
esa varita se iba apretando, una vara encima y las otras varas como
prensando.
Construcción de la Ruka Kutral Küme Mongen. Perteneciente a don Francisco Manquecheo, Tralcao. Fotografía es parte del registro del proyecto Rukan, 2014. |
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